El uso de las mayúsculas se ha convertido
erradamente en un criterio subjetivo otorgado por quien le da un estatus a una
palabra, persona u objeto cuando lo escribe.
En todos los ámbitos posibles de expresión
escrita hay una tendencia a escribir mayúsculas para darle relevancia a una
palabra, según el criterio del escritor. Un proyecto con un presupuesto de tres
mil millones de pesos ciertamente cobra gran importancia para quien al
referirse a él escribe “el Proyecto”. Probablemente no será así el caso para el
proyecto de la clase de ciencias, cuyos materiales se consiguen por menos de quince
mil pesos en la papelería más cercana, y esto hace que no amerite referirnos a
él con mayúscula importancia.
Si partimos de la consideración básica de
que el uso de las mayúsculas se reserva para los nombres propios y todo lo que
no lo sea debe ir en minúsculas, es posible que el abuso de esta grafía inicial
se reduzca considerablemente. Es así
como los nombres de personas (reales o de ficción, seudónimos, apodos y
sobrenombres), ciudades, marcas comerciales, animales, entre otros, deben ir
con mayúscula inicial. Para referirse a una persona con un pronombre no es
necesario destacarlo a través de una mayúscula: “usted es lo más
importante para la empresa”, “su satisfacción es nuestra mayor preocupación”.
Con relación al uso para señalar de manera
genérica un nombre propio con un sustantivo común: “la Universidad quiere lo
mejor para sus estudiantes”, es admitido cuando en el contexto de la comunidad
a la que se destina el mensaje no existe otra referencia posible para esta
denominación. Por ello, para evitar confusiones siempre es recomendable incluir
en algún punto del mensaje la denominación completa “Pontificia Universidad
Javeriana Cali”. Para usos más generales “mañana no voy a la universidad”, se
usa minúscula aun cuando se refiera a la misma institución educativa.
Una de las características de nuestra
cultura es la de ensalzar a todas las personas con un cargo o profesión que
consideramos importante, y qué mejor forma de hacerlo que con una mayúscula: “para
su aprobación, se requiere la firma de un Abogado”, “el Coronel dio unas
declaraciones”, “el Ingeniero estudiará el proyecto”. Los cargos, títulos o
empleos de cualquier rango (civiles, religiosos, militares, públicos o
privados) son nombres comunes, por lo tanto se escriben en minúscula “el decano
hará la apertura del evento”, “el obispo leyó una magnífica homilía”, “el
presidente de la República visitó Buenaventura”. Con frecuencia se considera
que si el uso es genérico, se hace en minúscula: “el gobernador del
departamento es un cargo electo”, pero no así cuando es referido a una persona
concreta: “el Gobernador Ubeimar Delgado ofreció una cena de gala”. Esto es un
error porque el uso de la minúscula para referirse a cualquier cargo es
indiscriminado de la denominación genérica o particular: “la ministra de
Educación”, “el director del Departamento de Ciencias”, “el presidente general
de la empresa”, “el rector”. Ni qué decir del término ”Doctor”, que usualmente
nunca alude a una persona con título de Ph.D. (a quienes, generalmente, no les
gusta ser llamados así) y que refuerza el ego de quien lo lleva con una
aduladora (y muy equivocada) mayúscula inicial.
Este último término, al igual que todas las
formas de tratamiento (doña, sor, santo, señor, licenciado, reverendo) hoy en
día, por recomendación de la Real Academia Española, se escriben por igual con
minúscula. Ahora bien, para las fórmulas de tratamiento de las más altas
dignidades (su excelencia, su santidad, su majestad), se admite el uso de mayúscula
cuando no va seguido del nombre: “la cena para Su Santidad será en el palacio
colonial”. Sin embargo, es obligado el uso de la minúscula cuando el título va
acompañado del nombre: “en Colombia esperamos la visita de su santidad
Francisco”. Cuando se usa la abreviatura del tratamiento, el uso de la
mayúscula es obligatorio (Dra., S.S., Ud., Sgto., Sr., S.J.).
En cuanto a los usos institucionales o
corporativos de las mayúsculas, es necesario tener en cuenta algunas
consideraciones. Se escriben con mayúscula inicial todas las palabras
significativas de la denominación completa de las entidades y sus divisiones
administrativas “Pontificia Universidad Javeriana”, “Facultad de Humanidades y
Ciencias Sociales”, “Departamento de Comunicación y Lenguaje”. En algunos casos
las preposiciones y conjunciones tienen una carga semántica que requiere el uso
de la mayúscula “Médicos Sin Fronteras”, “Liga Vallecaucana de Lucha Contra el
Cáncer”. Son usuales las menciones abreviadas de las instituciones “la
Complutense”, “la Nacional” (por la Universidad Complutense de Madrid o por la
Universidad Nacional), que siempre irán en mayúscula inicial. Cuando quiera
referirse a una entidad que ya se explicitó antes, no debe marcarse mayúscula,
así coincida con el sustantivo genérico incluido en la denominación completa:
“El Departamento de Idiomas ha diseñado los exámenes de validación de inglés.
Este departamento se encargará de avisar los días para dichas pruebas”. El
acompañamiento de demostrativos como este, dicho o mencionado obliga a escribir
el nombre como común, en minúscula. Cabe aclarar que si el nombre común va
antecedido simplemente de un artículo (el/la), puede usarse la mayúscula, como
una mención abreviada, que ya se explicó: “la Facultad se ha destacado por su
excelencia académica”.
En la variada denominación de la actividad
intelectual o cultural pueden darse algunas confusiones. Para empezar, los
títulos de cualquier obra siempre irán solo con mayúscula inicial en la primera
palabra: “Cien años de soledad”, “Los años maravillosos”, “Caracterización de
la depresión infantil”. Cuando el nombre de una obra se cita en otro idioma, se
puede seguir la norma española y marcar mayúscula solo a la primera palabra: “West side history”, “Classroom discourse analysis”. Las subdivisiones
internas de un documento también llevarán mayúscula inicial solo en la primera
palabra: “Estado del arte”, “Normas para el uso adecuado de las mayúsculas”.
Los documentos jurídicos tienen diferentes
usos de mayúscula. El nombre de un documento irá en mayúscula: “Convención de
Ginebra”, “la Carta de las Naciones Unidas”, “la Constitución Nacional”, “Ley
361 de 1997”. Cuando se usa de forma
genérica o para reemplazar el nombre completo que ya se ha mencionado en el
documento, se hará en minúscula: “la ley fue ampliamente debatida antes de su
aprobación”, “la ley Clopatofsky”, “se decretó ley seca”.
Para terminar, algunas recomendaciones
generales:
- Los nombres de programas o proyectos llevan mayúscula en todas las palabras significativas “Plan de Fomento de la Lectura”, pero si es descriptivo y muy extenso, se prefiere solo usar mayúscula inicial: “Detección del riesgo de cáncer de cuello uterino en mujeres en edad premenopáusica” .
- Las ramas del conocimiento se escriben en mayúscula inicial solo en contextos académicos o curriculares: “la carrera de Filosofía celebra su aniversario”, “la clase de Introducción a la Estadística tiene nuevo profesor”. En otros casos, siempre irán en minúscula.
- Los nombres de asignaturas y cursos llevan minúscula inicial: “Química Orgánica”, “Metodología de la Investigación”, a menos que resulten demasiado extensos “Introducción al pensamiento filosófico europeo del siglo XVI”, “Gestión en la seguridad y salud en el trabajo con certificación como auditor interno”.
- Los nombres de reuniones de especialistas de una disciplina se escriben con mayúscula inicial en todas las palabras significativas: “I Congreso Latinoamericano de Centros y Programas de Escritura”.
- Los días de la semana y los meses del años siempre van en minúscula.
- Los puntos cardinales (norte, sur, este, oeste) y los puntos del horizonte (noreste, suroriente, etc.) se escriben en minúscula, a menos que formen parte de un nombre propio “Corea del Norte”, “América del Sur”.
- Los nombres de las monedas se escriben en minúscula, aún cuando se deriven de un nombre propio: quetzal, euro, peso, dólar. Los símbolos de las monedas, que tienen un carácter internacional estandarizado, van en mayúscula las tres letras: COP (peso colombiano), USD (dólar estadounidense).
- Los nombres de las lenguas van en minúscula: español, portugués, etc., a excepción del nombre de un curso o asignatura dedicado a su enseñanza.
- Las siglas se escriben en mayúsculas: FMI, ADN, IVA. Los acrónimos son siglas que pueden leerse como palabras y que en muchos casos se convierten en palabras que solo conservan la mayúscula inicial y se anteceden de un artículo: Mercosur, Sena, Unicef.
Truco: Cuando escriba, pregúntese si esa palabra debe llevar mayúscula o
si usted está queriendo otorgarle una especial relevancia a través de esa
mayúscula.


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